14.9.11

DULCE APOSENTO

Delirio es pensarte y no tenerte
pero más deliro cuando pasas por mi mente
en esos momentos cuando un torrente
se apodera de mi cuerpo y lo deja inerte.

Con tantos pensamientos impotentes,
si mi única ambición es la de poder quererte.
Sé lo que ha sucedido en el pasado
de las tantas veces que nos hemos amado.

Ya me conozco la rutina
pero nada de eso elimina
este bello sentir de mi vida
la de seguirte amando día tras día.

Todavía siento tú perfume en mi cuerpo
y mis cimientos todavía fluir tan adentro,
que lo puedo sentir en mi esqueleto
y muy profundo en mis huesos.

Siento la humedad en mis dedos
siento tus caricias y tus besos,
unirse al tuyo siento mi cuerpo
y los dos en éxtasis perder el universo.

Pero estos son solo pensamientos,
estos son solos reales recuerdos
de aquella cama, dulce aposento.
En donde nos entregamos el alma,
el espíritu, en aquel mundo nuestro,
así es que se ama…
¡Lo sé mi amor! Silencio. Calma.
Manos, palmas, sudadas…
Ya es otro día y ha llegado la mañana.
Otro sueño y entre horas y segundos ha pasado
la semana. ¡Como quisiera tenerte aquí en mi casa!
¡Yo soy ese hombre quien es quien te ama!


Esequias Bravo Martinez

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