7.11.12

Entraste bajo mi piel en cada poro abierto directo a mi alma, inyectaste el veneno que recorrió mi sangre y como una serpiente circundaste mi espíritu. Mucho mas que la cicuta, más que el arsénico o la belladona, mucho más sutil es lo que hoy fluye por mis venas. Embriagadora y silenciosa imprime su tóxica morada, la pasión. Mutó mi carne... y a mi pecho le brotaron alas que agitadas se movían y hacían galopar mi alma dejando ciego a los ojos, sumida en un mundo donde se perdía el sentido de las cosas que a mi alrededor flotaban. Ya no había vuelta atrás la fiera había mordido a su presa y solo era cuestión de tiempo para que perdiera el sentido... Así fue cuando sentí el amor como ese dulce veneno que embriago mi carne que solo vivía para morir entre tus brazos, y entonces me di cuenta que tú... eras mi veneno ... y ante el amor...no hay antídoto que valga y es por ello que ante el amor me rendí.

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