Vestida de apacibilidad,
mientras te pienso…
como agua entre mis labios aún vibran tus besos…
tú duermes,
yo respiro el insensato aire que huele a nosotros,
seguramente dentro de tu piel y en tus sueños,
aún son de fuego tus mares…
Y tus mares son también mis mares,
conjugación de un verbo de tiempo compartido…
en esos ratos así, tan tuyos,
y sin embargo…
en coincidencia… tan pero tan míos…
anclado tu en mi puerto,
mi flor hecha de miel, transfigurada en rocío,
y entonces nos estallan las alondras desde el pecho,
revoloteándonos el alma en mil suspiros…
(qué bello es morir desde tus ansias y renacer desde tu pasión… amante mío)
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